sábado, 14 de junio de 2014

Matisse en la Tate

Ayer no escribí el blog pues llegué rendido al hotel y no me vi con ánimos para ello. Hizo un día muy caluroso y anduve de acá para allá, sobre todo de compras.
El día empezó en la National Gallery donde cogí por los pelos una excepcional exposición dedicada a Veronese. Aunque este no se cuenta entre mis pintores favoritos, la muestra es realmente espléndida.  Al acabar y pese a que no entraba en mis planes visitar la exposición permanente, me dejé primero tentar por la Venus del espejo, luego por los Boticelli, Gaingsborough, Leonardo and so on. Regent, Oxford y Bond Street fueron escenarios de mis compras antes de pasar a buscar a Clara por su despacho. Pero olvidé de apuntarme su dirección aunque sabía que estaba en Harley Street,  la calle de los médicos. Además ella había señalizado en el mapa un sitio muy preciso. Solo me quedó revisar puerta a puerta todas las casas de la manzana hasta descubrir la ansiada sede del instituto.
Londres no es una ciudad bonita como París y su arquitectura es desigual y apelotonada pero está tan animada, la gente es tan diversa y divertida que te llenas de energía tan solo paseando por ella. Además las tiendas y los restaurantes están puestos con sumo gusto y los museos y exposiciones son soberbios.
A continuación nos permitimos una turistada que yo hace tiempo deseaba realizar: ir al Saint Martin's a ver "La ratonera", que lleva allí 62 años consecutivos representándose. El montaje es apolillado, la interpretación exagerada pero el conjunto resulta entrañable. Acabamos el día en Les Deux Salons, un restaurante con aire de brasserie francesa pero mal iluminado. La señora de la mesa de al lado nuestro, una Fernández de la Vega antes de operarse, parecía velar el cadáver de ¿su marido? bastante parecido a un expresident de la Generalitat. Capítulo aparte merece la comida. Mi steak tartare cortado a cuchillo pero con un ketchup bastante infecto. El risotto de Clara, un caldo sospechoso en el que nadaban unos trozos de tomate. Los lavabos, perfectos.
Ayer hizo mucho color. Hoy ha llovido y hecho sol, soplado el aire y refrescado. Hemos comenzado montándonos -previa reserva en Internet para ahorrarnos la cola- en el London Eye, una especie de noria desde la que se tenían espectaculares vistas de la ciudad.  Después hemos ido a la Tate a ver una preciosísima exposición de papeles pintados y recortados de Matisse. No podía imaginar que nos entusiasmara tantísimo.  Una verdadera belleza. Más tarde, en el Design Museum, hemos visto una divertida muestra dedicada a Paul Smith, con trajes, reproducción de su oficina y otros diseños -un Mini, por ejemplo, que no sé cómo han metido en el tercer piso del museo-. Cola larga habíade fans para fotografiarse junto al maestro y cconseguir la dedicatoria de un libro.
Breve pausa en una cafetería italiana para tomar unas focaccias y unos expresos y la directa hasta el Barbican, un centro inquietante y de arquitectura brutalista que presentaba una exposición de Jean Paul Gaultier. ¡Excepcional! Vestidos en maniquíes cuyas caras se movían y ¡hablaban! gracias a una filmación que se proyectaba en su rostro, modelos de Madonna, Rossy de Palma y Dita von Teese; fotografías de David La Chapelle y Pierre et Gilles; imaginación, locura, provocación. Una de las exposiciones más estimulantes que recuerdo.
Para acabar en beauté, cena en Wahaca, un restaurante ruidoso, repleto hasta los topes y decorado con auténtico gusto. Buena comida (e invitación al postre por ciertos fallos de servicio). Mañana será otro día. Intento subir unas fotos pero no hay manera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario